Un área protegida rodeada de minería ilegal y concesiones en trámite
Información actualizada del proyecto MapBiomas Amazonía —que incluye datos anuales de cobertura y uso del suelo para el período de 1985 a 2021—, y utilizada por MAAP y Ecociencia, mostró que entre 2017 y 2021, las áreas con actividad minera en los límites de la Reserva Ecológica Cofán Bermejo se incrementaron en 386 hectáreas, representando un crecimiento de más del 350 %.
Entre lo encontrado, a MAAP y a Ecociencia les preocupan cuatro zonas donde la actividad minera se ha expandido a mayor velocidad, no solo entre 2017 y 2021 sino hasta febrero de 2023. El total de superficie afectada por minería en los cuatro casos reportados y analizados es de 303 hectáreas, lo que equivale a 420 canchas de fútbol profesional.
El primer caso se encuentra a lo largo del río Bermejo, dentro de la zona de amortiguamiento de la reserva. Allí, entre febrero de 2020 y febrero de 2023, se identificaron 151.6 hectáreas afectadas por actividad minera. En ese sitio, el 5 de febrero del 2020, la superficie dañada era de 22.88 hectáreas; para abril de 2021, aumentó 23.27 hectáreas; en enero de 2022, el incremento fue de 48.84 hectáreas y, finalmente, en febrero 2023 se registró un aumento de 56.56 hectáreas.
“El 64 % (97.17 hectáreas) de las áreas afectadas por minería, reportadas en este caso de estudio, se encuentran completamente fuera de zonas destinadas a la actividad minera. Por otra parte, el 36 % (54.38 hectáreas) restante de esta actividad está distribuida dentro de dos áreas destinadas a minería artesanal y siete concesiones mineras bajo el régimen de pequeña minería. La mayor parte de superficie afectada por actividad minera (75 %) se encuentra concentrada en las concesiones Bermejo 1, 2, 3, 4 y 11”, indica el reporte de MAAP y Ecociencia.
De acuerdo con los datos de la Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales no Renovables (ARCERNNR), todas estas concesiones se encuentran en estado de trámite para ser aprobadas, pero aún no tienen permisos vigentes.
En este primer caso de análisis también se detectaron 11.19 kilómetros de vías construidas. “Que se construya una vía da paso a otras afectaciones antrópicas dentro de los ecosistemas. Tienes acceso a deforestar, a sacar la madera, a hacer minería. La vía es esta conexión que permite el paso para las maquinarias y para las personas”, asegura un vocero de Ecociencia que conoce la zona pero prefiere omitir su nombre ante los riesgos de seguridad en esta región de la Amazonía norte ecuatoriana.
El segundo y el tercer caso analizados están relacionados con áreas de conservación que forman parte del programa estatal Socio Bosque, que consiste en la entrega de incentivos económicos a campesinos y comunidades indígenas que se comprometen voluntariamente a la conservación y protección de sus bosques nativos, páramos u otra vegetación nativa.
En la segunda zona analizada, cercana a Cofán Bermejo, se detectaron 10.85 hectáreas de áreas afectadas por minería entre abril de 2021 y febrero de 2023. “Se identificó que 0.6 hectáreas de actividad minera se encuentran dentro de un área de conservación Socio Bosque. El aumento de la superficie afectada se dio entre enero y febrero de 2023… Adicionalmente, el 16 % (1.7 hectáreas) se encuentra completamente fuera de zonas destinadas para actividad minera”, se lee en el informe. El 84 % restante (9.2 hectáreas) se localiza dentro de la concesión minera La Plateada que, a pesar de estar en estado de trámite para ser aprobada, se encuentra en fase de exploración–explotación bajo el régimen de pequeña minería, según la información registrada en la ARCERNNR.
El tercer caso de estudio se localiza en el sector conocido como Ecuador Amazónico. En cinco meses monitoreados (septiembre 2022 – febrero 2023) se identificaron 1.5 hectáreas afectadas por minería. El 42 % (0.7 hectáreas) está dentro de un área de conservación Socio Bosque. “El impacto dentro del área de conservación se desarrolló en febrero de 2023. Además, el total reportado se encuentra fuera de zonas destinadas a la actividad minera”, dice el reporte de MAAP y Ecociencia.
El último caso analizado en el informe se ubica dentro de los territorios indígenas Comuna Kuri Yaku y Comuna Puma Kucha. En esa zona, desde agosto de 2017 y hasta febrero de 2023 se identificaron 139 hectáreas afectadas por actividad minera. Para el 5 de febrero de 2020, las áreas afectadas alcanzaban 70 hectáreas; en abril de 2021, aumentó 21.14 hectáreas; en enero de 2022, se incrementó 11.05 hectáreas y, solo entre febrero de 2022 y febrero de 2023, se registró una expansión de 36.44 hectáreas.
El reporte indica que del total de superficie afectada, el 47 % (65.17 hectáreas) se encuentra completamente fuera de zonas destinadas a actividad minera y que el 53 % restante (73.85 hectáreas) se localiza dentro de seis zonas para minería artesanal y tres concesiones mineras. La mayor parte se ubica en la concesión minera Santa Rosa, que se encuentra en fase de exploración-explotación bajo el régimen de pequeña minería, según datos de la ARCERNNR.
Fuente: Mongabay