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Domingo 11 de Mayo, 2025
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Brasil: La minería en Brasil, una bomba de relojería contra los pueblos de la selva

El crecimiento de la minería ilegal viene acompañado también de una tendencia a concentrarse en la Amazonia, donde se ubica el 91,6 % de las áreas dedicadas a este tipo de extracción en Brasil.



El avance de la minería sobre tierras indígenas y unidades de conservación en Brasil es una bomba de relojería contra los pueblos de la selva y el medio ambiente, que puede resultar en una destrucción todavía mayor si no se desarma a tiempo, defendieron investigadores y activistas.

La minería artesanal, en su mayoría ilegal, se expandió en los últimos cuatro años, aprovechando el incentivo que el entonces presidente Jair Bolsonaro (2019-2022) dio a las actividades económicas en la selva, pero sigue siendo una amenaza a pesar de la promesa del actual gobernante, Luiz Inácio Lula da Silva, de acabar con esta actividad.

“La bomba está armada y ya ha sido detonada, lo único es que sus efectos no han llegado a los blancos y a las grandes ciudades, pero nosotros que estamos en la selva sentimos ese impacto desde hace mucho y de la peor forma posible”, sostuvo el representante del Foro de la Amazonía Occidental (FAOR), Marco Mota.

De acuerdo con un estudio divulgado por el proyecto MapBiomas, en Brasil las actividades mineras artesanales, que suponen una de las principales causas de la deforestación en la Amazonía, pasaron de 99.000 hectáreas a 196.000 hectáreas entre 2010 y 2021.

El crecimiento de la minería ilegal viene acompañado también de una tendencia a concentrarse en la Amazonia, donde se ubica el 91,6 % de las áreas dedicadas a este tipo de extracción en Brasil.

“El impacto que une a estas comunidades del norte al sur del país es el del etnocidio. Son conscientes de que si no se hace nada ellos van a morir”, alertó Mota.

Amazonía, el bioma más impactado

Entre 2010 y 2021, las áreas de concesiones mineras en tierras indígenas crecieron 632 %, alcanzando casi 20.000 hectáreas, en su mayoría concentradas en los territorios de las etnias Kayapó, Munduruku y Yanomami.

Los pueblos de la selva “están siendo diezmados en nombre de la codicia, del oro y de la explotación de la Amazonía”, añadió el representante de FAOR, que trabaja con los mundurukus desde hace más de una década.

En ese sentido, el investigador de la Universidad Estadual de Pará Fabiano Bringel dijo que la minería es, sin dudas, el epicentro de las actividades económicas en la Amazonía.

“En cada cuatro hectáreas minadas en Brasil, tres se encuentran en la Amazonía”, agregó.